El síndrome del impostor no tiene la última palabra (tú sí)

Cómo dejar de autosabotearte y finalmente alcanzar tus sueños
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¿Cuántas oportunidades más vas a dejar pasar antes de darte cuenta de que el mayor obstáculo eres tú mism@?
Sabes exactamente de lo que hablo: la oportunidad perfecta aparece, todo está listo, y sientes que podrías lograrlo. Pero entonces, esa voz en tu cabeza comienza:
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💭 “¿Y si no lo haces bien?”.
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💭 “Vas a pasar vergüenza”.
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💭 “No eres suficiente para esto”.
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💭 “Mejor ni lo intentes, no vale la pena arriesgarte”.

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Y ahí estás, congelado/a. Viendo cómo esa oportunidad que podría cambiarlo todo, se desvanece.

No eres el/la únic@ que ha vivido esto. Todos hemos escuchado esa voz en algún momento. Esa que nos paraliza justo cuando estamos a punto de hacer algo importante.

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Todos hemos estado ahí: el autosabotaje en acción

Te cuento una historia:

Una mujer que asistió a mi retiro ElegirME vivió algo similar. Se llama Alexandra. Había sido invitada a un podcast importante, una oportunidad increíble para compartir su mensaje y abrir nuevas puertas. Todo estaba listo: su mensaje, su motivación, su preparación.

Pero la noche antes, esa voz interna empezó:

“¿Qué pasa si te trabas?”
"¿Y si nadie se interesa por lo que tienes que decir?”
“No estás lista”.

El miedo ganó. Canceló la invitación en el último minuto. Aunque intentó justificarse, en el fondo sabía que había sido su inseguridad la que la detuvo. Esa oportunidad no volvió, y ella lo supo desde el primer momento.

Ahora, déjame preguntarte: ¿te imaginas qué habría pasado si ella hubiera ido?
Tal vez habría cometido errores. Quizás no habría sido perfecto. Pero habría ganado algo mucho más valioso: confianza, experiencia y la certeza de que puede enfrentarse a sus miedos.

Eso mismo puedes ganar tú.
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¿Por qué te saboteas? Conoce a tu crítico interno

El autosabotaje no es algo que haces porque quieres; es una forma en la que tu mente intenta protegerte… aunque, irónicamente, termina dañándote.

‍Señales de que te estás saboteando:

• Procrastinas proyectos importantes porque "no es el momento adecuado".
• Rechazas oportunidades porque sientes que no eres suficiente.
• Te convences de que no puedes antes siquiera de intentarlo.

Estas excusas suenan razonables en tu cabeza, pero son máscaras del miedo.
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‍¿De dónde viene esa voz que te detiene?

Esa voz no apareció de la nada. Es una mezcla de creencias, miedos y patrones que acumulaste a lo largo de tu vida:

Creencias limitantes:
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Frases como:

• “No soy lo suficientemente buena.”
• “El éxito no es para mí.”
• “No debería intentarlo si no estoy completamente segura.”
  
  Estas ideas no son reales, pero cuando las repites una y otra vez, se convierten en verdades absolutas que te limitan.
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Miedo al rechazo y al fracaso: Intentas evitar el dolor de fracasar o ser rechazado/a, pero al hacerlo, también te alejas de lo que realmente quieres.
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El síndrome del impostor: Esa constante sensación de que no mereces tus logros. En lugar de celebrar tus éxitos, piensas que todo ha sido cuestión de suerte.

Patrones familiares: ¿Creciste en un entorno donde el miedo, la inseguridad o las dudas eran comunes? Es probable que hayas absorbido esas ideas como propias.


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‍Cómo convertirte en tu mejor aliado/a

Silenciar a tu crítico interno no sucede de un día para otro, pero es posible con práctica. Aquí tienes los pasos clave:

1. Identifica a tu crítico interno: cuando esa voz aparezca, detente y pregúntate:

• ¿Qué está diciendo?
• ¿Es cierto o es solo una historia que me estoy contando?
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  Escribe lo que esa voz dice y cuestiónalo: “¿Esto tiene pruebas o es solo miedo disfrazado de lógica?”
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2. Cambia tu narrativa interna: cada vez que detectes una creencia limitante, cámbiala por algo que te impulse:

• De “No estoy lista” a “estoy aprendiendo mientras lo hago”.
• De “¿Y si fracaso?” a “¿qué puedo aprender si lo intento?”
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3. Toma pequeñas acciones valientes: el miedo pierde poder cuando actúas, aunque sea con pasos pequeños:

• Llama a esa persona.
• Acepta esa invitación que te asusta un poco.
• Haz algo que has estado postergando.

Cada pequeño paso refuerza tu confianza.

4. Cambia tu relación con el fracaso: fracasar no significa que no vales. Significa que estás aprendiendo. Mientras más normalices los errores como parte del proceso, menos miedo tendrás de intentarlo.

5. Rodéate de personas que te impulsen: tu entorno importa. Rodéate de personas que te recuerden tu valor, incluso cuando tú lo dudes.

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¿Qué encontrarás en la comunidad?
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