La discrepancia entre lo que decimos y lo que hacemos puede generar confusión, desconfianza y decepción, tanto en nosotr@s mism@s como en los demás. En este blog, exploraremos cómo entender y mejorar estos patrones, y cómo cultivar la autenticidad para construir relaciones sólidas y significativas.
En una relación de amistad, afirmas: "Nuestra amistad me importa mucho", al mismo tiempo, cancelas los planes a último minuto, no priorizas el tiempo para verse y, cuando se encuentran, no dejas de mirar el teléfono, generando así una distancia emocional.
Como jefe dices: "Valoramos el equilibrio entre el trabajo y la vida personal", al mismo tiempo, esperas tener disponibilidad por parte de los demás fuera del horario laboral y minimizas las necesidades personales de tus colaboradores.
En una conversación política dices: "Escucho todas las opiniones", al mismo tiempo, interrumpes y descalificas constantemente las perspectivas opuestas, cerrándote a tener un diálogo genuino.
En una relación de pareja dices: "Confío en ti", al mismo tiempo, revisas constantemente su teléfono y sus redes sociales, mostrando desconfianza y control en la relación.
¿Te sientes identificad@? Estos son algunos ejemplos de la incoherencia que puedes encontrar entre tus palabras y tus acciones.
Es fácil caer en estas contradicciones sin darnos cuenta. Todos somos humanos y, a veces, nuestras acciones no reflejan nuestras verdaderas intenciones o valores. Lo importante es reconocer estos deslices y aprender de ellos.
¿Qué puedes hacer?
Practica la empatía y la escucha activa:
Trata de entender las necesidades y sentimientos de los demás. En tu relación de amistad, por ejemplo, considera cómo tus acciones afectan a tu amig@. Como jefe, presta atención a las necesidades de tu equipo. En las conversaciones políticas, escucha realmente para comprender, en lugar de solo para responder. La empatía y la escucha activa pueden ayudarte a construir relaciones más fuertes y respetuosas.
Admite cuando no fuiste coherente:
Cuando tus acciones no coincidan con tus palabras, admítelo. La transparencia y la autorresponsabilidad son fundamentales para construir confianza y respeto en cualquier relación. Si cometes un error, discúlpate sinceramente y toma medidas para rectificar la situación.
Reflexiona sobre tus valores fundamentales:
Un paso importante hacia la coherencia entre palabras y acciones es identificar: ¿Qué es lo que realmente te importa en la vida? Tómate un tiempo para reflexionar sobre tus valores y asegúrate de que tus acciones estén alineadas con ellos. Cuando vivimos de acuerdo con nuestros valores, nuestras palabras y acciones se convierten en una expresión auténtica de quiénes somos.
Reconoce y libera expectativas sociales:
Pregúntate: ¿Mis palabras reflejan lo que realmente quiero o estoy evitando decepcionar a otros con mi respuesta? Reflexiona sobre si el miedo a ser juzgad@ o rechazad@ están dictando tus palabras en ese momento. Imagina cómo serían tus relaciones, tu trabajo y tu vida personal si fueras honest@ y si te liberas del miedo a ser rechazad@. Permítete no gustarle a todo el mundo y vive de una manera que refleje tus verdaderos deseos.
Practica la comunicación auténtica:
Aprende a ser clar@, honest@ y respetuos@ en tus interacciones. Evita el uso de ambigüedades o indirectas, y expresa tus necesidades y deseos de manera asertiva. Puedes decir: “Aprecio la oferta, pero no estoy interesado”, o “Lo voy a pensar. Te aviso en una hora”, o “La propuesta me parece atractiva, pero necesitaría ciertas condiciones para aceptar”. Ábrete a ser vulnerable y compartir tus verdaderos deseos para crear un espacio de entendimiento y apertura en tus relaciones.
Alinea tus acciones con tus palabras:
Una de las formas más poderosas de construir coherencia es asegurarse de que nuestras acciones respalden nuestras palabras. Comprométete a actuar de acuerdo con lo que dices y a cumplir tus promesas. Si te has comprometido a estar presente para alguien, hazlo realmente. Recuerda que nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras y son la base de la confianza en nuestras relaciones.
Acepta y abraza tu autenticidad:
La autenticidad es una cualidad poderosa que nos permite ser nosotr@s mism@s sin miedo a la aceptación o el juicio de los demás. Acepta tus fortalezas, debilidades y peculiaridades, y permítete mostrar quién eres realmente en tus relaciones. La autenticidad crea conexiones genuinas y profundas con los demás, fomentando la coherencia en nuestras interacciones.
La coherencia entre nuestras palabras y acciones es fundamental para construir relaciones sólidas. Al reflexionar sobre nuestros valores, cultivar la autoconciencia y practicar la comunicación auténtica, podemos construir relaciones basadas en la confianza y el respeto mutuo.
Al vivir de manera coherente, no solo honramos nuestra verdad interior, sino que también creamos un impacto positivo en la vida de los demás.
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